lunes, 3 de octubre de 2011

Escribiendo contra-tiempo


En esta noche de tibio otoño, intento hacer dos cosas a la vez: preparar una cena digna y tratar de escribir estas cuatro líneas. Con el maldito cambio de hora, anochece demasiado pronto y hasta los animales pierden la noción del tiempo. Escucho a un gato que aúlla en el deslunado como si se tratase de un lobo sorprendido por la repentina oscuridad.
Sólo quiero unos minutos. Me gustaría escribir sobre enormes y helados lagos azules y estrellas que se asoman torpemente a mis sueños. Pero el tiempo corre hacia la medianoche. Y las raíces cuadradas salen redondas y los logaritmos han perdido por completo su estúpido y eterno ritmo.
Ceno huevos fritos con salchichas intentando olvidar la palabra que más se cita en televisión, colesterol, mientras la luna, blanca como un plato de loza, se refleja sobre mi rostro cansado de la rutina.
Sólo quiero unos minutos. Tengo que escribir relatos sobre ninfas que sobrevuelan soleadas praderas, o dulces vampiros que se convierten en ranas, y éstas en príncipes adolescentes por puro amor.  Pero el rumor de la ropa tendida ahuyenta mis sueños literarios. Un viento intolerable e inesperado rompe la tarde-noche y tira de la tormenta hasta situarla sobre nuestras cabezas. El uniforme de la niña se moja mientras la lavadora sigue rugiendo como un boing 707 a punto de estallar.
Sólo un minuto más. Quiero escribir un relato de gente buena, de amores perdidos,  de recuerdos que se recuerdan  una y otra vez, de abrazos soñados hasta el dolor. Pero apenas hay tiempo. Las camas no están hechas, el fregadero se desborda y percibo que una fina capa de polvo ha acampado definitivamente sobre los muebles.
Como un plato de loza roto, la luna ilumina ahora mi rostro desolado. La rutina me arrastra hasta el fondo de no sé qué abismo como si a mis pies se hubiera adherido una pesada losa de hormigón.
Mañana será otro día y tendré tiempo. Escribiré un relato largo, oscuro, tierno, bello como la mejor de las promesas. O al menos lo intentaré una vez más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario