En mi anterior entrada os hablaba de una historia terrible. El hecho había sucedido en Inglaterra. Una pareja, un hombre y una mujer, habían tirado a su perra al río atada a una gran piedra con la clara intención de que el animal se ahogara. Sabíamos el nombre de los villanos. Conocimos también el nombre de la perra, Bella, pero no sabíamos el nombre de la mujer que, al ver al animal tratando de no ahogarse, se lanzó al río y logró sacarla del agua. Esta mujer, que aparece en la foto junto a la perra rescatada, se llama Jane Harper. Ella estaba dando un paseo junto al río con sus perros y una amiga cuando se encontró con la terrible escena. Y no lo dudó ni un segundo. Rescató a Bella, y ahora el animal se recupera en un centro de protección de animales.
A esta mujer yo le daría una condecoración, y a los otros, a los infames, a los crueles, a los inhumanos, además de meterlos en prisión, los pondría en tratamiento psiquiátrico, porque esa maldad, esa falta de empatía, esa desconexión absoluta con el sufrimiento ajeno, no son propias de seres humanos.
Así que desde estas humildes líneas, un aplauso para Jane, porque los hechos son los que realmente nos hablan de las personas, no las palabras.