sábado, 20 de abril de 2024

Libros y la feria del libro. Última parte.


 Me había quedado agazapada como un conejo tras un matojo.

—¿Qué hace aquí escondida?

Melquiades me había encontrado. 

—Pues eso, esconderme. Si me encuentra su cuñada no salgo viva de la feria.

—No exagere. Es muy protectora con Albertito. Es un niño muy confiado que tiende a hablar con desconocidos. 

—Mala cosa. Ahora voy entendiendo algunas reacciones de su madre.

—Salga del escondite. Aquí no va a vender ni un solo libro. 

—Tiene razón . Tengo que vender mi libro y no consigo ni siquiera asomar la cabeza. ¿Todavía está la Megy en el stand? 

—Y lo que estará. En menos de veinte minutos ha vendido diez libros. 

—Es lo que tiene el erotismo. Se lleva mucho. Alguien me dijo alguna vez que a mí libro le faltaban un par de escenas picantes.

—Yo no lo creo. A mí me gustó tal cual. Pero tengo que pedirle algo. Cuando...

—¿Qué hacen aquí escondidos?

El dueño de la librería Desconeguts nos miraba con curiosidad.

—Hay un montón de gente preguntando por usted. 

Temblé.

—¿En serio? ¿Son peligrosos?

Soltó una carcajada.

—Espero que no. 

Salí de detrás del florido matorral y allí estaban. Mis amigas del barrio, mi familia, mis vecinos, dos bolilleras de Enova, Albertito y sus amigos, dos guardias civiles, el hombre que me regaló el botijo en la feria de cerámica. Eusebio, el narco y...., la mesalina, con su preciosa hija Inés, mis compañeros de blog, mis amigos de facebook. Estaba tan emocionada que no podía hablar. 

—¿Cómo os habéis enterado—pregunté. 

—¿No has visto las noticias?

—No. ¿Qué han dicho?

—Que una señora que iba de feria en feria liándola parda por todas partes, presentaba hoy su libro, por fin, en la feria del libro.

Me iba a dar un infarto. Las emociones me sientan peor que la fabada asturiana.

Al final de la tarde me dolía la mano de tanto firmar libros. Estaba tan feliz que temía llorar. Atardecía y el aire olía escandalosamente a azahar. Melquiades se acercó con una sonrisa dibujada en su rostro.

—¿Va a aceptar ahora mi invitación?

Estaba muerta de hambre.

—Claro —dije—¿Qué quería decirme cuando nos descubrieron escondidos detrás del macizo.

—Hablamos durante la cena ¿le parece?

El restaurante era de buffet libre. Mi perdición. Tantas cosas buenas a mi alrededor y yo me había quedado sin hambre y sin fiambreras. Se me comían los nervios.

—Enhorabuena —me dijo Melquiades— ¿Cuántos libros ha vendido?

—Todos menos uno. Aún no lo puedo creer. 

—Parece que ha hecho buenos amigos en todas esas ferias. 

Me eché a reír. 

—Yo más bien pensaba que había hecho enemigos.

—Pues ya ve que no.

Di un sorbo al cava.

—¿Qué iba a decirme?

—Ah, es un capricho tonto. 

—Dígame.

—Quiero que me lea el primer párrafo del primer capítulo de su novela.

—¿Qué? Si usted ya leyó el libro. 

—Por favor.

Saque el libro de mi mochila y comencé a leer,

"El metro me dejó junto al polígono industrial Fuente del jarro, construido a las afueras de la ciudad, sobre un terreno yermo y desolado. El trayecto desde la estación de Marxalenes duraba apenas diez minutos, pero se me había hecho insoportablemente largo. A pesar de que el aire acondicionado funcionaba a toda mecha, allí dentro hacía un calor pegajoso y, además, el vagón iba atestado de gente en aquellas primeras horas de la mañana y olía a sudor y a colonia barata. Al salir a la superficie, la luz del día entrando a través de las ventanillas había supuesto un alivio, y ahora que bajaba al andén de la estación, la brisa ya cálida de la mañana acabó por despejarme."

—Gracias—dijo—. Solo quería escucharlo de sus...

—¡Vámonos!

—¿Qué?

—Mire quien acaba de entrar.

La Megy y el Fabio hacían su triunfal  en el restaurante. Iban cogidos del brazo y se comían, en principio, con los ojos. Después de todo, las hormigas rojas y las bragas de la abuela de Megy hacían buena pareja.

Nos fuimos del restaurante por la puerta de atrás, pero antes pagamos la cuenta. ¿Qué habíais pensado?

la noche era plácida, el mar estaba en asombrosa calma . Melquiades me cogió de la mano y me miró a los ojos.

Y hasta aquí puedo contar. 

32 comentarios:

  1. Tu ingenio, tu sabiduría y tu amena narrativa, han hecho de este relato una gozada, que no pierde interés desde principio a fin.
    ¡¡Chapó!!, Amparo; y un placer leerte.
    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias. No sé qué responder a tanta alabanza. Me siento desbordada. Gracias por leerme y por tu comentario.

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  2. Pues, Amparo, es una pena que no sigas, ahora se estaban poniendo las cosas....
    Pero, seguro que, en la próxima ocasión, nos sigues haciendo gozar con tus relatos.
    Enhorabuena por la venta,
    Elías.

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    1. Hola Elías. Yo creo que ya os he saturado con tanta feria. Habrá que cambiar de tema. A ver por dónde sopla el viento. Muchas gracias por leerme y por tu amable comentario.

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  3. ;)))))
    Si acaba aquí, el final es de lo más feliz. casi demasiado.

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    1. Ja ja ja. Para otros finales, Alfred, ya tenemos la vida. La imaginación y los sueños al poder. Muchas gracias por tu visita y comentario.

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  4. Enhorabuena Amparo. Broche de oro para unos relatos geniales.
    Ahora a por la novela que están pidiendo a gritos...los relatos y yo.

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    1. Hola Laura. Tu también me lees con buenos ojos. A ver si le doy forma de novela. Gracias por tu lectura y por tu comentario.

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  5. Me ha encantado ese final, Amparo, me gustan los finales felices y especialmente donde parte del mismo el autor lo deja a tu imaginación.
    Perfecto y hasta bonito, enhorabuena, sabes como llevar a tus lectores por el camino debido y hasta el final del mismo.
    Gracias.

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    1. Hola Enrique. Como le he dicho a Alfred, para finales infelices ya tenemos la vida. ¿A quien no le gusta un final feliz? El mundo está que arde, literalmente, necesitamos soñar. Gracias por tu visita.

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  6. Sublime! Un estilo narrativo de humor con un final sorprendente

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  7. Todo ha estado divino, pero ese final promete escenas emotivas.
    Gracias, por compartir, es una delicia leerlas. Un besote grande.

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    1. Hola Campirela. Igual tengo que escribir la continuación. Quien sabe. Gracias por leerme. Un abrazo.

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  8. Una historia de ferias genial. El primer párrafo del teórico libro que la escritora tenía para la feria es magnífico además.

    Por los finales felices, con perdices. Un abrazo

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    1. Hola Aldaba. El teórico libro es un libro real, que escribí con poco éxito. Es el que aparece al principio del texto. En realidad es lo único real de todas estas ferias, ja ja. Muchas gracias por leerme y por tu visita.

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  9. Melquiades sabe latín.
    Esa noche hubo fuegos artificiales.

    Besos.

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    1. Ja ja ja. Quien sabe. Igual algún día lo cuento y hay sorpresas. Gracias por leerme y por tu comentario.

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  10. Brillante y alegre estilo narrativo, que seguro se haría necesario, para una brillante y próxima novela, también ubicada en Valencia y en la que podrías utilizar ese primer párrafo del que hablas.
    Éxito y besos.

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    1. Hola Juan. Ese primer párrafo que le leo a Melquiades es realmente el párrafo primero de mi novela Un viaje inesperado que tuvo poco éxito, y que espera pacientemente en las estanterías de mi casa a ser leída. De esa circunstancia vino la idea de las ferias. Gracias por leerme.

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  11. Me gustan mucho los finales felices. Al fin llegó el día soñado de la presentación. Ahora solo falta que venda, que ese es otro peregrinar.
    Abrazos.

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    1. Hola Sara. Y un peregrinaje a pies descalzos. Porque vender no es fácil pero que alguien te lea supone un inmenso placer. Así que muchas gracias por leerme.

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  12. Fantástica narración. Entretenida y original...
    Abrazo hasta vos!!

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  13. Hola Carlos. Si os entretengo me doy por satisfecha. Muchas gracias por tu lectura y por tu comentario.

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  14. Me alegro mucho por esa buena noticia relativa a tu salud.
    A disfrutar!!!

    Besos.

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    1. Muchas gracias Toro. Es un pequeño tumor en el páncreas que hay que controlar, pero... Siempre adelante!

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    2. No quiero ni imaginar lo nerviosa que debes haber estado.
      Ánimo!!!

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    3. Un poco. Por mi cabeza han pasado todas las posibilidades. Menos mal que tengo a Melquiades, ja ja. Gracias por tu apoyo.

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  15. Hola Amparo.
    Un final emotivo a toda orquesta en el que he estado escondida -por copiarte lo digo- entre los compis del blog. Ingeniosamente romántico y con el elenco completo agotando tu libro... Mejor imposible. ¡Felicidades!
    Y mis respetos a Melquíades.

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    1. Hola Mónica
      Muchas gracias por tu comentario. He intentado continuar la historia, como algunos me han pedido, pero la historia no quiere continuar. Creo que este es un buen final. Gracias por tu visita.

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  16. Aplausos emocionados!
    Oye, que me ha gustado mucho el principio de esa novela. Chica, se te dan bien todos los palos!

    Yo también me alegro de que tus asuntos de salud estén encauzados.
    Un abrazo gordo

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  17. Hola Lopillas. Gracias. No sé si se me dan bien todos los palos o más bien voy dando palos de ciego. La salud, controlada. Hasta el año que viene . Muchas gracias por tu comentario.

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