miércoles, 19 de febrero de 2014

La duda


Es la duda que me persigue desde hace años. Una sombra chinesca que despierta conmigo y conmigo llega hasta el mediodía. Como si se tratase de un impío castigo divino, si es que Dios está presto a castigos y represalias, que no creo. 
Agobiada, comenté mi duda con otras mujeres y fui entonces consciente de la profundidad de tal inquietud, y no sólo eso sino de la alarmante extensión de lo que, en principio, consideré un mero problema personal.
¿Duda existencial, metódica, melódica, irreverente? No llego tan lejos. pero reconozco que la duda corroe mi ánimo y me aleja del presente que otros disfrutan. 
No sé si me entendéis, pero intentaré explicarme. Es como una de esas calimas húmedas y pegajosas que te impiden contemplar el paisaje inmediato. Es una bruma densa que tienes que apartar a manotazos si quieres observar con nitidez el resto del día. 
Pero lo que me produce más angustia, aquello que me mina realmente la moral, es el convencimiento de que esa duda caminará siempre a mi lado como una sombra fiel, hasta el final de los días o, al menos, hasta el final de los días conscientes.
Mañana ocurrirá otra vez. Sentiré el vértigo del vacío durante toda la mañana para volver a encontrar la respuesta ansiada dentro del frigorífico. 
Pero como siempre, como digna ave Fenix resucitada, volverá la duda: ¿qué hago hoy para comer? 

15 comentarios:

  1. Sí es un tremendo problema. Tan sólo no estoy de acuerdo en que sea un problema de mujeres. ¡ Feminista, más que feminista !
    Esta temporada mi mujer está convaleciente de una operación y en mi casa cocino yo. Y tengo el mismo problema. Mi sexo, género o circunstancia no me excluye de esa tremenda cuestión: ¿Qué hago hoy?
    Muy bueno, Amparo, como siempre.

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    1. La verdad ces que los hombres entráis en la cocina cuando no tenéis más remedio. Pero es un auténtico agobio pensar todos los días que cocinamos. Espero que no sea nada de lo de tu mujer y se mejore pronto. Mientras tanto... a cocinar.

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  2. Sí es un tremendo problema. Tan sólo no estoy de acuerdo en que sea un problema de mujeres. ¡ Feminista, más que feminista !
    Esta temporada mi mujer está convaleciente de una operación y en mi casa cocino yo. Y tengo el mismo problema. Mi sexo, género o circunstancia no me excluye de esa tremenda cuestión: ¿Qué hago hoy?
    Muy bueno, Amparo, como siempre.

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  3. Es un examen diario que a la fuerza debemos superar y siempre se nos exige nota.
    Pensamiento filosófico hasta el sorprendente final.

    Besotes.

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    1. es un exámen diario que hay que aprobar y si no al donner kebab que siempre es un recurso. Y cocinar no deja de ser una filosofía.

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  4. Es de las taraeas de la casa la mas tediosa, pensar que hacer de comer. te echo judias verdes y patatas cocidas con una vinagreta de cebolla, tomate, pimiento verde, pimiento riojo y un diente de ajo, todo pequeñito del tamaño de un guisante y de segundo Uf, no se me ocurre nada, se me ha pegado tu sombra.
    Y hablando en serío has sido muy original me ha encantado. Dos abrazos

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    1. Gracias Ester. La verdad es que cuando decido qué hago para comer o para cenar siento un tremendo alivio. Cocinar es lo de menos, lo peor es saber qué cocinamos. Gracias por tu comentario. Un abrazo.

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  5. Muy divertido, yo sospechaba una duda terriblemente existencial, pero el final me ha hecho esbozar una sonrisa a estas horas en que el insomnio me ronda. Cómprate un libro de recetas, leñe!! Besico.

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    1. Hola Cronista, La verdad es que es una duda terrible: hacer algo sano, apetitoso, no repetir, que no tengas que estar tres horas en la cocina y que guste a todos. Creo que es peor que una duda existencial. Tengo libros de cocina pero me desbordan.

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    1. Una duda terrible para la que no hay ni vacaciones. Y sobre todo en una casa, como ésta, en la que cada cual come a una hora. Caos total.

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  7. Oh no, eres como mi madre, siempre rondando esa duda que la merma y la corroe, que le hace llevarse las uñas a la boca y tirarse de los pelos. Y luego al final, se resuelve el almuerzo con lo que caiga.

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    1. Sí Ana, todas acabamos siendo como nuestras madres cuando los cachorros te demandan comida. Salimos de cacería al super y siempre acabamos comprando lo mismo. Y a llegarás.

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  8. Jaja Genial dilema. Confecciona una lista y ve siguiendola. Y si tienes ganas de repetir antes de llegar al final... ¿Porqué no? ^^

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    1. LO mejor, como bien dices, es hacerse un menú semanal pero yo me he demostrado a mí misma que soy incapaz de seguirlo,entre otras cosas porque siempre intento aprovechar las ofertas de los supermercados, así que cocino en función de las ofertas. Esto es lo que tiene la crisis, que nos aguza el ingenio.

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