domingo, 31 de marzo de 2013

LLegada inminante



Abro la puerta y enseguida me doy cuenta. Está cerca, muy cerca, y la odio. No puedo remediarlo. La visceralidad muerde los talones de mi vacilante razón y me impide ser lo sensata que se esperaría de alguien de  mi edad. A la gente, en general, le suele gustar, pero a mí no. Es siniestra, empalagosa y engañosa. Bajo ese halo de resurrección feliz alberga la vileza. Y lo digo por experiencia, o más bien por experiencias vividas. Ella me trae recuerdos malos, sombríos recuerdos que, como lapas viscosas, seguirán adheridos a mi memoria hasta el final de mis días.

¿Que si tengo prejuicios? No los suelo tener, pero admito una vez más que ella me desborda, me pone los nervios de punta, me rompe los esquemas, me despierta las ansiedades adormecidas durante el invierno. Es inquieta, variable, caprichosa, inesperada. Llega radiante, haciendo gala de su belleza, de la luz cegadora que irradia, pero a mí no me engaña. Bajo los brillos intensos, los vivos colores, la suavidad acaramelada de sus perfumes, trae la desdicha y la inquietud. La temo tanto que cuando noto su inminente presencia me armo cual guerrero masai a punto de entrar en combate. No se por donde atacará pero se que atacara. Lo ha venido haciendo durante años con una machacona perseverancia. Es pertinaz como la sequía, dulzona como una pera confitada, falsa como el beso de judas 
It´s here again the fucking spring.
Supongo que en inglés queda más fino. Y a todos aquellos que la améis, disfrutadla.

4 comentarios:

  1. A todo el mundo le gusta la primavera. Bueno, a casi todos.
    Un beso.

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    1. La primavera me trae malos recuerdos, muy malos. No es que no me guste, es que me aterroriza, ja, ja.

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  2. Es raro que no te guste la primavera. Tiene nombre femenino, variable como un minino, suave y arisca a la vez, que cuando saca las garras, ¡Dios mío, es de temer! Pero, cuando ronronea, un verdadero placer.
    Como también es un placer leerte.

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    1. Por eso, Elías, porque es variable y engañosa, porque está llena de malos recuerdos. Ojalá algún día me ronronee, pero por ahora, sólo me ronronean mis queridos gatos. Un placer que me leas.

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