lunes, 11 de agosto de 2014

Cae la tarde


Cae la tarde sobre la ciudad como una gonela anaranjada. Los dos hombres permanecen sentados uno junto a otro en un banco de piedra, observando el atardecer, escuchando el bullicio que se agita a su alrededor. Uno de ellos, de barba rizada y ancha complexión, se mira las sandalias. Brillan sus ojos. Está cansado.
- ¿En qué piensas? - pregunta el compañero-. 
- En la justicia, en la virtud, en la maldad del hombre.
 El otro hombre suspira.
-A la hora en la que el sol cae tras las colinas es mejor dejar descansar al espíritu, amigo. 
- Tienes razón, pero a veces pienso que mi discurso cae en saco roto, que las palabras se las lleva la brisa, que nunca nadie las escuchará con provecho. 
- No lo creas, lo que ocurre es que a veces dices cosas inconvenientes.
El hombre de barba rizada lo mira extrañado.
-¿Cómo qué? - pregunta-.
- Como cuando dijiste que la justicia no es otra cosa que la conveniencia del más fuerte. 
- Es lo que pienso realmente, y en un sistema como el nuestro, en una democracia, tenemos derecho a decir cuanto pensamos. 
- Quizás no hay democracia perfecta, quizás el ser humano nunca llegue a entenderse.  
El hombre de mirada brillante, se exalta. 
- Es posible, pero estoy convencido de que la civilización es la victoria de la persuasión sobre la fuerza. Esas son las bases. No puede haber otras.  
El amigo mira hacia el horizonte. La tarde cae como plomo por una escalinata. 
- ¿Volvemos a la Academia, Platón?
- Volvamos Aristóteles. Es ya tarde y no tardará en llegar la noche.  



 

8 comentarios:

  1. Me ha encantado, como es habitual, tu relato de hoy Amparo. Por muchas razones, empezando por esa sorpresa final que nos arranca una sonrisa de entendimiento. ¿Subirían Platón y Aristóteles a la colina de Likavitos para ver el perfil del Partenón a la caída de la tarde? Una vista realmente maravillosa que sólo tuve oportunidad de disfrutar una tarde que tocó muy nubosa y deslució el atardecer veraniego.

    Los siglos pasados no nos ha vuelto más civilizados, a mi entender sigue triunfando el dinero y el poder que da tenerlo y manejarlo y que no hay justicia independiente de ese poder.

    Besos

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    1. Hola Jara. Gracias por tu comentario. Los siglos transcurridos -muchos- , no nos han devuelto la cordura sino que nos han llevado a la locura. Sólo hay que ver el telediario para ver cómo ha "progresado" el ser humano. Aquellos filósofos griegos ya hablaban de corrupción, porque la había, de injusticias, de sobornos... Yo nunca he estado en Grecia pero me encantaría ir. Buen verano.

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  2. ¡Cuánto nos queda por hacer!
    ¡Cuánto por aprender!

    Maravilloso, como siempre.
    Me alegra leer que tras las vacaciones continúas en plena forma.

    Paco.

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    1. ¿Pero aprenderemos? La verdad es que no he dejado de escribir, sólo que en el pueblo no tenía ni ordenador ni internet sino azada y rastrillo. Gracias, Paco, por tu comentario.

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  3. Quizás el verano no sea tiempo que invite a leer. Tal vez por el calor, aunque más probablemente porque en la playa no tengo internet.
    De todos modos planteas unas cuestiones muy hondas, muy densas. Nada menos que la Democracia, la Justicia, la Humanidad.
    Me entran vértigos sólo de pensarlo y a lo único que llego es a pensar en lo poco que ha avanzado el Hombre (y la mujer, por supuesto, no sea que...) en 25 siglos.
    ¿No se te derriten los sesos de tanto pensar?
    Un abrazo.

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    1. Ja, ja. No se me derriten los sesos porque estuve estudiando con mi hijo a Platón hasta que éste llegó a ser parte de la familia. También hablaba mucho de la corrupción entre los políticos. verdaderamente, no hemos avanzado nada.

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  4. Es triste. Muy triste. Ver que ha habido guerras y revoluciones que parecían cambiar las cosas, pero finalmente vemos que todo está como al principio. Entonces te preguntas ¿merecía la pena luchar? y la respuesta creo que es "sí, porque a ver si después de tantas veces, damos con la fórmula perfecta".

    Recuerdo que vi hace poco un musical llamado "Urinetown" situada en un espacio y tiempo previsiblemente futuro, en el que la escasez de agua había hecho que los gobernantes racionalizasen el uso de la misma y se debía pagar por utilizar los baños públicos, y si alguien no tenía dinero para pagar y lo pillaban haciendo las necesidades en la calle lo arrestaban y llevaban a la cárcel. Imagina cómo estaría el aseo personal...

    Surge un revolucionario desde dentro del sistema que lucha por cambiar todas las cosas y el pueblo está con él. Marcha a hablar con los gobernantes que tratan de comprarlo con muchísimo dinero. No quiero revelar muchas más cosas, pero finalmente triunfa la revolución y toma el poder el pueblo.

    Pero el pueblo tras tantos años de opresión y escasez se dedica a derrochar el agua y con el tiempo llegan a un momento que están como al principio....

    En fin, Platón Puig, que no por verlo más difícil, hay que echar la toalla.

    Un abrazo

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    1. Desde luego, cuando una conoce la cultura griega de 500 y 600 años antes de Cristo, cuando una lee a Platón o los exquisitos poemas de los poetas- y poetisas- griegos, y después ve el telediario -con horror- y las salvajadas que unos seres humanos hacen a otros en muchas partes del mundo, una se pregunta hacia dónde va el hombre y si esto no es ya un suicidio colectivo. Gracias por tu comentario.

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