sábado, 7 de febrero de 2015

Palabras mareadas



Salió de casa con tantos sueños que se quedó dormida en el autobús de línea. Cuando se dio cuenta de que se había pasado de parada se quedó parada, mirando un miró que un grafitero había pintado sobre un muro. Al llegar al banco se sentó y dejó que sus pies juguetearan con la yerba reseca. En los balcones la ropa seca se mecía al sol. Un niño hacía pompas de jabón mientras un coche de pompas fúnebres llegaba hasta la iglesia. A su lado, otro niño -tan pequeño como un garbanzo-, hacía un castillo de arena. A ella le decían que construía castillos en el aire, castillos etéreos, endebles, esfumados, como sus sueños. Castillos construidos sobre mesetas, sobre nubes, sobre sierras.  No sabía qué hacer con la sierra que le había enviado Amazon. Tenía de todo, árboles, flores y hasta un pequeño riachuelo que atravesaba todo el salón.  Ella sacó sus sueños del bolso y los esparció por el suelo, como migas de pan en busca de palomas picoteadoras. Le picó algo en el brazo, y se rascó hasta que la sangre traspasó la piel. El kiosco se traspasaba y también la zapatería y la lavandería. Dejando los sueños a los pies del banco, se fue hasta la fuente y se lavó la herida. El agua estaba helada, tan helada que, de pronto, le apeteció un helado, un helado en forma de cono, de triángulo, de trapecio. No había ido al circo esa navidad. Odiaba los circos porque tenían a los animales hambrientos y enjaulados. Sólo una vez había ido esperando que algún trapecista se cayera del trapecio, pero eso no ocurrió. Repasó la lista de libros que la lista de la bibliotecaria le había dado y decidió comprar La lista de los nombres olvidados. pero se olvidó del nombre y acabó comprando La lista de Schindler.
Volvió caminando por el camino más corto. El camarero chino estaba a la puerta del bar. Se hizo a un lado y la dejo pasar. En la terraza la gente no hacía sino hablar y hablar.
-¿Vino? - dijo-.
Y el camarero le ofreció una copa de vino rosado fresco y dulce.
Pero el que debía haber venido no había venido. Ella pensó que si hubiera o hubiese venido, todo hubiera sido diferente. Así que volvió a casa con los sueños dormidos en el bolso, la picadura en el brazo, el vino en las venas y una mancha de cono de helado en su blusa azul.
Aquella noche tenía tanto sueño que no pudo dormir.


27 comentarios:

  1. Aplausos, has jugado con el vocabulario a tu libre albedrío, con maestría y gracia. Cuando sepa escribir quiero escribir como tú. Un abrazo contento.

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    1. Gracias por tus aplausos, Ester. A veces es divertido jugar con las palabras. Y es un halago lo que me dices, pero tú ya sabes escribir. Gracias por pasarte por mi jardín de jazmines abandonados.

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  2. Sí, a mí me han mareado tus palabras. No creo haberlas entendido. Tal vez ya se hayan ido mis sueños.
    ¡ Ah ! Y yo tampoco puedo dormir.
    Me admira cómo escribes, pero éste no lo he entendido. Sólo entiendo que vuelves con los desencuentros, con la espera, sin saber qué esperas.

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    1. Léelo un par de veces más. Realmente, es un juego con las palabras, dejar que ellas te lleven hacia donde quieran. Los sueños a veces se esconden, pero no dejan de estar ahí.

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  3. Maestra de las palabras, jugar con el vocabulario es tan divertido, ¿verdad Amparo? Todo un ejercicio de literatura el tuyo. Me ha gustado mucho.
    ;)

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    1. La verdad es que me he salido un poco de mi línea, pero ha sido divertido. Buscar palabras iguales o parecidas y ver de qué forma podían ir componiendo un relato un tanto surrealista. Me alegra que te haya gustado.

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  4. Qué maravilla!!!
    Me ha gustado muchísimo este relato.
    Destila una tristeza tan hermosa que me ha emocionado.
    Te felicito.

    Besos.

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    1. Gracias Toro. Tú eres un maestro en palabras mareadas y juguetonas, así que tu halago me enorgullece. Gracias por tu comentario.

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  5. Hola, He hecho una presentación de PowerPoint con tus palabras mareadas, quería enviártela para ver si te gusta y si me autorizas a publicarla pero no se como hacerlo. Un abrazo

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    1. Un honor, Ester. No hace falta que me lo envíes. Yo tampoco sé hacerlo. Puedes publicarlo cuando quieras. Abrazos.

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  6. Escribes bonito hasta cuando no sigues ningún plan, o eso me parece, una escritura instintiva.
    Tienes un don, poder jugar con las letras.

    Besos.

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    1. Sí, es una escritura instintiva pero más trabajada de lo que parece, No es mi estilo pero a veces hay que hacer algún que otro experimento con las palabras y las frases. Es divertido.

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  7. Perdona que vuelva.
    Sí, tenías razón. Lo he vuelto a leer y lo he entendido, cuando he dejado de esforzarme por entenderlo. No hay nada que entender. Es un juego.
    Un juego muy bonito, que lo desarrollas de maravilla. Es como flotar sobre las palabras, dejando que ellas te lleven donde quieran. Como entrar en el mundo de "Alicia en el país....".
    Gracias por el consejo. Me ha gustado.

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    1. Gracias Elías. Alguna vez tienen que mandar las palabras y llevarnos por donde quieran e, incluso, sorprendernos. Como tu dices, es un juego. Gracias por volverlo a leer.

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  8. Un bonito entretenimiento, pero sin duda con mucho trabajo detrás.
    Gracias por alegrarnos las tristezas del día a día.

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    1. Gracias a tí, Paco. A veces es divertido ver hacia dónde nos llevan las palabras. Y no es mucho trabajo, sólo un ratito. Gracias por leerme.

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  9. Atrapante relato, Amparo, un juego muy interesante el que realizas con la función de las palabras y sus diversas interpretaciones. El efecto conseguido es digno de aplauso.- Un abrazo

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    1. Como bien dices, Arruillo, es simplemente un juego de palabras que no sabes dónde te va a llevar. El aplauso lo agradezco pero no creo llegar a merecerlo. Gracias por tu visita.

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  10. Tanto ir y venir me ha dejado mareado, pero al final pude comprender que alguien incumplió una cita.

    Un abrazo.

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    1. Sí, alguien o muchos alguien incumplieron una cita. pero en el fondo es un juego con las palabras. Cada uno puede leer entre líneas lo que más se acerque a la realidad. Es curioso y divertido. Gracias Rafael y un beso a tus nietos.

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  11. ¡Feliz mareo!
    Una delicia Amparo dejarme llevar por esas palabras jugando, enlazándose, meciéndose en las frases, mezclándose en perfecta armonía para componer una pieza con un sabor agridulce muy especial.

    Besos

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    1. Gracias Jara, Está bien hacer algún experimento de vez en cuando y dejar que las palabras nos lleven a nosotros. Pensaba que no iba a gustar y ya ves, más comentarios que nunca. Y yo tan contenta de veros por este jardín de jazmines abandonados.

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  12. Gran relato con el que me identifico pues algo similar vivi.

    Un gran abrazo.

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    1. Hola Ricardo. Me alegro que te haya gustado. La verdad es que yo misma me he sorprendido al ver vuestra respuesta. Y me alegro, desde luego. Gracias por tu comentario.

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  13. Me trajo la más reciente entrada de nuestra amiga mutua: Ester Marín, es un gusto entrar a tu bellísimo blog, con tan estupendas letras, que deseo estar disfrutando. Es un gran placer conocerte y me quedo si no tienes inconveniente.
    Un abrazo de anís.

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    1. Hola Sara. En este pequeño jardín de jazmines abandonados hay sitio para todo el mundo. Desde luego, le voy a proponer a Ester que me siga promocionando porque hay que ver la de caras nuevas que estoy viendo por aquí. Pásate cuando quieras. Estás en tu casa y agradezco de verdad tu comentario.

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  14. ¡Ay de lo que nos contradice, de lo que choca con nuestros deseos, sueños, proyectos, ilusiones!! La protagonista de tu relato mantiene indemne su ilusión aunque regrese, luego de que su cita la plantara, con la picadura en el brazo, la mancha del cono de helado en su blusa azul y el vino en sus venas. ¡Excelente relato!!!

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