jueves, 20 de enero de 2022

Sangre

 El olor a sangre llegaba hasta la puerta de la calle. Era un mediodía tórrido, el aire de poniente quemaba la piel. Entré en la cocina, suavemente iluminada por la luz que llegaba del patio, y allí estaba ella, mi tía Josefina, tan guapa como una actriz italiana, la misma que algunos años atrás se fugó con un soldado de la columna de hierro. Llevaba un cuchillo en la mano y su delantal estaba cubierto de sangre.

—¿Qué has hecho?—pregunté aterrorizada.
—Pues lo que tenía que hacer—repuso mirándome por encima del hombro.
—Pero me dijiste que no...
—Pues ha sido que sí—me interrumpió—. Alguien lo tenía que hacer y tu madre no tiene valor.
Yo apenas tenía siete años. Llevaba un vestido de batista azul, calcetines blancos de perlé y zapatillas pascueras.
—Es muy asqueroso—murmuré—. Aun se mueve.
La suela de mis zapatillas había comenzado a marcharse de sangre.
La tía Josefina se limpió las manos en el delantal y dijo:
—Anda, deja de mirarme y vete a jugar al patio. Me estás incordiando y aún tengo que rellenar el pollo.
Fue mi primera experiencia con la muerte.

18 comentarios:

  1. Muy bueno este micro, te lleva por un camino equivocado del que sales al final.
    Enhorabuena.

    Un saludo

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    1. Hola Jesus. Que alegria otra vez por aqui. Gracias por tu comentario.

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  2. Cuanto tiempo ha pasado, el pollo solo era un pollito. Antiguamente se mataban en casa, menos mal que ya los venden "matados" Un buen relato, abrazos

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    1. Hola Ester. Cuanto tiempo, i. Me he jubilado, por fin, estaba escribiendo una novela, hijos, tareas del hogar, Covid... Pero ya estoy de vuelta. Gracias por tu comentario.

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  3. Yo no sé si mataría a un pollo eh...
    Me daría pena.

    Me alegra volver a leerte.

    Besos.

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    1. Uf, y a mi. Pero en los pueblos era así. Y de los conejos mejor.No hablar. Me alegro de verte.

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  4. ¡ Qué alegría ! Por fin vuelvo a leer algo tuyo. Bienvenida.

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    1. Hola Elías. Es un poco desagradable, pero son recuerdos de la infancia. Me alegra verte por aqui.

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  5. Después del susto vino el alivio... muy buen final.

    Un abrazo.

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    1. Hola Rafael. Bienvenido. Son recuerdos que marcan. Gracias por comentar.

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  6. Estupendo, Amparo.Está claro que las experiencias ahí quedan, para siempre. Fuerte abrazo

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    1. Hola Arruillo. Cuanto tiempo. Sí, son recuerdos Que no se olvidan. Gracias por comentar.

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  7. Como me has llevado a mi infancia en Corbalan ,cuando ayudaba a mi madre a sujetar el pollo o el conejo........

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  8. Jajaja Yo aún me acuerdo de los conejos en casa de mi madre... animalitos... Yo hoy me los quedaba. Bueno, entonces también, ahí no cambié jajaja

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    1. Si, era terrible verlos vivos y luego servidos en bandeja. Yo también me los hubiera quedado. Gracias por comentar.

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  9. Me encanta cuando sacas a reducir tu humor negro. Muy bueno.

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    1. Hola Laura. La verdad es que es un género que no había tocado y me apetecia. A ver el proximo. Gracias por tu comentario.

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