Hubo una época en la que escribíamos cartas. Y nos escribían cartas. Pero ese tiempo de palabras sobre papel pasó a la historia, se acabó para siempre.Recuerdo aun cuando el cartero tocaba al timbre. A veces ni esperábamos el ascensor. Nos lanzábamos escaleras abajo como alma que lleva el diablo. Y allí esperaban las cartas, escritas,a mano, con nuestro nombre y nuestra dirección. A veces era la carta de una amiga que vivía lejos, de los primos, del chico del pueblo del cual andaba enamoriscada, del chaval que conocí en Santiago, o del tío Luis, a quien mi madre llamaba Luisito, que nos mandaba crónicas de sus numerosos viajes desde cualquier punto de España. Viajero incansable, escritor incansable.
Pero con los años esas cartas dejaron de llegar. Hablábamos más por teléfono, mucho. Mientras nuestro padre nos decía que el teléfono era caro, que colgásemos de una vez. Al mismo tiempo, el buzón se iba llenado de recibos. de propaganda, de inquietantes cartas del Banco.
Y pasó el tiempo. Ahora ya no llegan cartas al buzón. Nunca. Tampoco suena el teléfono fijo sólo de vez en cuando. Porque, ¿para qué sirve un teléfono fijo si no es para localizar el móvil? Ahora sólo suena el wasap, el maldito wasap que separa más que une. Y los mensajes a veces sólo son emoticonos, cadenas indeseables, pollitos que bailan o coloridos ramilletes de flores de plástico con frases de serie.
Sinceramente, creo que vamos por mal camino. Llamadme antigua, retrógrada, nostálgica, lo que queráis. Porque incluso de lo que escribimos ahora, también este post, dentro de unos años no quedará nada. O estará en la nube, una nube evaporada en la noche de los tiempos.
Coged un bolígrafo y un folio. Sentaos junto a la ventana y escribid esa carta que siempre quisísteis escribir. Porque aún hay cosas que nunca se podrán decir por wasap.
Afortunadamente.
Afortunadamente.
RIP la literatura epistolar, durante décadas Reina del buzón y Emperatriz de la Numismática, víctima de una onerosa sobredosis de inmediatez y tecnologías. Sus fervientes admiradores le rinden homenaje en cuanto papel, arena y muro encuentran con cualesquiera instrumento capaz de dejar huella impresa.
ResponderEliminarDesde luego, se acabaron las cartas y la inmediatez hace jaque. Gracias por tu comentario.
EliminarPues yo no estoy de acuerdo.
ResponderEliminarNada substituye a la palabra. Las cartas tenían sentido cuando no existía el teléfono.
Creo que escribir una carta es dejar perpetuamente plasmada una idea que puede ser fruto del sentimiento de un momento, y luego te arrepientes de haberlo escrito....y es tarde.
Y si solo quieres hacer sentir a una persona que estás ahi, que te acuerdas de ella aunque no tengas nada que contar...pues para eso está el WhatsApp, que además lees cuando te viene bien, consciente de que si fuese algo importante te llamarían por teléfono.
Alguien escribe una carta o llama por teléfono simplemente para decir: estoy aquí a tu disposición?
Soy una nota discordante en este blog literario y lo asumo. Lastima no encontrar el emoticono correspondiente.
Ja, ja. Emoticonos no, por favor. Ayer releva yo una carta que me encontré Por casualidad. Estaba fechada en 1973. Y sentí emoción al leerla. Hoy en día algunas parejas rompen por wasap. Eso es indecente. Muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarHe escrito muchas cartas, algunas no hace mucho a una amiga de mi hija que se fue a trabajar a Estados Unidos, y yo le escribía periódicamente, sus amigos cuando veían que la carta era mía le pedían que la leyera en voz alta, porque le contaba las ultimas noticias de España, chistes, ocurrencias y alguna travesura de cuando eran pequeñas, aun le escribo a una amiga de mi madre que no tiene email, le incluyo alguna foto y le cuento como me va la vida. Le escribo a una amiga que aunque lo hacemos por correo electrónico muchas veces le mando dibujos y cartitas que le escriben mis nietas, felicito las navidades con tarjetas escritas por mi... Ya ves que aun quedan dinosaurios.
ResponderEliminarPues me encanta que queden dinosaurios. Si se guardan, las cartas en piel son para toda la vida. LAS electrónica a más pronto o más tarde acaban borrándose. Muchas gracias por tu comentario. Me encanta verte por aqui.
EliminarTe aseguro que he escrito muchas cartas y también me alegraba un montón cuando las recibía (incluso las guardo)pero he de reconocer que hoy en día existen otros medios para esribir y son más cómodos o simplemente lo que nos trae el tiempo.D e hecho cuando recibo y wassap de alguien que me interesa me alegro igual
ResponderEliminarYo también me alegro con los wasap. Pero, qué quedará de ellos? Alguna vez releo las cartas de mi padre durante la guerra y tengo la sensación de que le estoy oyendo hablar.
EliminarEs verdad que hay cosas que sientan mejor si se escriben, se medita de otra forma, hay personalidad en la caligrafía, no hay pie a malentendidos como sucede con el wasap.
ResponderEliminarEscribir cartas pasará a la historia, es una pena.
Saludos
Hola Ana. Cuanto me alegra verte entre mis Jazmines abandonados. Sí, escribir una carta requiere tiempo y dedicación Y ahora vivimos en la inmediatez. Menudo esfuerzo ir a comprar un sello. Gracias por tu comentario.
EliminarEscribir y recibir cartas era una de las cosas que más me gustaba.Como soy nostálgica guardo muchas y las sigo leyendo,pero he de reconocer que me he hecho perezosa y si quiero seguir teniendo contacto recurro a las nuevas tecnologías...es más cómodo....
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