jueves, 29 de octubre de 2015

Rutinas


Ya veo que la última entrada la hizo mi gata, la Pequeña. Es muy aplicada y muy tranquila y en los últimos días la veo preocupada por mi falta de inspiración y algún que otro problemilla que asalta mi vida cotidiana. Y es que el otoño es turbio y oscuro y a veces parece que el cielo plomizo se nos va a caer encima de un momento a otro. 
Mi madre, cuando había problemas, solía decir Todo se arreglará. En ocasiones, las cosas se arreglaban por propia inercia o por el paso del tiempo, pero otras veces se estropeaban más y más y ella ya no decía nada, simplemente dejaba pasar el tiempo.
 Porque si algo se aprende en la vida es la filosofía de la vida, y hoy quiero destacar un ingrediente de la misma que a menudo solemos menospreciar, la rutina, algo tan aburrido como la rutina.
Os cuento una anécdota: el día que dimos sepultura a mi padre, al volver del cementerio, la familia más íntima decidimos tomar un café en casa. Pero en casa no había café. Con el luto riguroso y el alma hecha trizas bajé a Consum y compré el café y unos pastelillos. Hice la cola pertinente, pague y volví a casa. Y en ese pequeño trayecto mi dolor se atenuó un poco. Ese gesto cotidiano de bajar a comprar cuando sólo deseaba llorar me hizo comprender aquello que las ancianas murmuran entre los cipreses del cementerio a la caída de la tarde, la vida sigue, la vida siempre sigue.
Por eso, en este otoño que trae consigo malos recuerdos, en este otoño que tampoco ofrece realidades glamurosas, cuando las baldosas tiemblan bajo mis pies, se hace urgente buscar el gesto cotidiano que te reconcilie, más o menos, con la vida.  No es fácil dibujar una sonrisa sobre un rostro macilento. Tampoco es fácil seguir caminando con paso firme cuando a tu alrededor las paredes caen a pedazos, los grifos se pasan de rosca, las lámparas bailan.  Todo se arreglará -pienso al borde del abismo-, porque la vida sigue, siempre sigue. Y es entonces cuando, ya pueden estar cayendo chuzos de punta, pongo la lavadora. Y con el run run de la máquina todo vuelve a su sitio, los problemas quedan atrapados entre los pliegues de la ropa y el sonido cotidiano inunda la casa donde la tarde se ha vuelto noche de repente. Maldito otoño.
Siempre nos quedará la rutina. Ojalá nos quedara París. 

20 comentarios:

  1. A veces las rutinas nos salvan de cosas peores. Bedos.

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    1. Amapola bienvenida por estos lares! La rutina nos devuelve a la normalidad, a lo cotidiano, a ese sentimiento de "la vida sigue". Gracias por pasarte por aquí.

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  2. Cuánta razón tienes.
    En momentos dolorosos cualquier acto de la rutina habitual nos cambia el escenario y también relativiza las emociones.
    Es tal como lo has dicho.

    Besos.

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    1. Hola Toro. La rutina nos abre los ojos y nos aleja de nuestros propios fantasmas. El run run de la lavadora es toda una terapia. Un abrazo.

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  3. La rutina que no la podemos abandonar es buena compañera, nos despeja la cabeza y nos pone en movimiento, los pesares trabajando se mantienen apartados pero te deseo de verdad que se cuele un poco de alegría por las rendijas, dibujar una sonrisa sobre un rostro macilento ayuda mas que una aspirina. Abrazos

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    1. Desde luego. Yo, por fuera, siempre mantengo la sonrisa, pero por dentro... esa es otra historia. Es entonces cuando recurro a esa rutina dulce y tranquila que, de alguna manera, nos reconcilia con la realidad. Me alegra verte por aquí.

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    1. Tienes toda la razón del mundo, Tracy. Ya llegará el invierno. Gracias por pasarte por aquí, viajera.

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  5. Hace unos años me preguntó el médico: ¿Pierde las llaves? No -le contesté.
    Pues, ya las perderá.
    Todo llega. Ya llegarás a mi edad y verás que lo que se pide es que no pase nada. Nada nuevo. Que todo trascurra según el guión.
    A cierta edad, cuando viene alguien y te dice: ¿Sabes lo de Pepe?
    Malo, es mejor no saber. Que no pase nada.
    Sí, la felicidad está en la rutina.

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    1. Según el guión, lo has expresado perfectamente. La rutina nos devuelve a la realidad y lo suaviza todo. Con el paso del tiempo la valoramos más.

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  6. ¡Cuanta razón en lo que dices, Amparo! Aunque también es cierto que la palabra rutina tiene cierta connotación peyorativa. Yo prefiero hablar de hábitos (buenos o malos, allá cada cual). Y desde hace ya tiempo uno de los mios es pasarme por este jardín y disfrutar con lo que aquí encuentro.
    1b7.

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    1. Hola Paco. Gracias por venir. este jardín hay que regarlo un poco más pero es que el agua está muy cara. A veces nos quejamos de la rutina, pero cuando ésta se rompe por cualquier hecho, cómo la echamos de menos. Yo creo que tiene incluso un poder curativo.

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  7. Muy cierto, la rutina nos envuelve para bien o para mal, y en nuestro deber diario otras cosas salen de la cabeza, nos mantenemos ocupadas en lo que debemos hacer y eso tan simple consuela un poco, libera, distrae.
    Precioso lo que has escrito, me conmueve tu sensibilidad.
    ;)

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    1. Gracias Ana. En momentos duros de la vida necesitas cogerte a la rutina, a esas pequeñas obligaciones que -como bien dices- nos mantienen ocupadas y de alguna forma liberan nuestra mente del dolor.

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  8. Tu relato, a pesar de tener un dejo de melancolía, posee vida, dices cosas muy positivas. En definitiva, algo que al parecer sea rutinario, podría hacernos volver a la vida de paz; todo depende de nuestra voluntad. Ciertamente, la vida sigue.
    Feliz fin de semana

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    1. Hola Rud. Bienvenida. Con los años he aprendido algo: la tranquilidad es una parte muy importante de la felicidad. Las sorpresas están dejando de gustarme y me inclino más por la rutina. La vida sigue y hay que vivirla.

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  9. Nunca pensé que iba a decir que me gustaba la rutina, pero la vida cambia .. y sí la vida sigue ajena a nosotros ..Gracias por visitar mi blog.

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    1. Hola Chelo. Yo tampoco hubiera pensado que alguna vez iba a decir que la rutina es una alivio, pero al menos para mí en este momento de la vida lo es. Y gracias por pasarte por mi jardín de Jazmines.

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  10. Nunca pensé que iba a decir que me gustaba la rutina, pero la vida cambia .. y sí la vida sigue ajena a nosotros ..Gracias por visitar mi blog.

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  11. Yo, que muchas veces despotrico contra la rutina, en cuanto alguien me pregunta ¿qué tal va todo? Lo que quiero es contestar "como siempre" "sin novedad" "pura rutina" porque generalmente si la rutina se rompe es mala señal.

    Y sí, en casos como cuentas, las cosas más banales y normales son las que hacen que nos recoloquemos, que podamos volver a situarnos, porque sí, la vida siempre sigue.

    Y también en este caso Amparo. Pon tus lavadoras y este maldito otoño pasará antes de que te des cuenta. ¡Animo!

    Besos

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