jueves, 19 de diciembre de 2019

Las tres mantas

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Hoy os voy a contar una historia de amor, una historia de amor hermosa y terrible, como suelen serlo todas las historias de amor verdadero. Una historia real que esta mañana de diciembre me ha sacudido el corazón y me ha obligado a compartir con vosotros, lectores, este enorme drama.
La historia transcurre en la provincia tailandesa de Bueng Kan, y su protagonista es un hombre joven de 38 años, separado, padre de dos hijas pequeñas.
Hace mucho frío esa noche. Una ola polar llega desde China y hiela hasta el aliento. La casa en la que vive este hombre, Prasarn Homtong, está en construcción y aún no tiene puertas ni ventanas. El aire, gélido, entra por todas partes. Las niñas tienen frío y se lo dicen a su padre. En la casas solo hay tres mantas y él se las pone a sus hijas y se echa a dormir vestido únicamente con una camisa y unos pantalones cortos. Tirita, pero es un hombre joven y piensa que podrá resistirlo. En algún momento de la noche, Panweira, de tan solo ocho años, se despierta, coge una de las mantas y la echa sobre su padre. El hombre parece estar dormido, pero en realidad ha muerto de frío. A la mañana siguiente el médico solo puede certificar su fallecimiento.
Sé que es una historia triste. Sé que estamos a las puertas de Navidad y quizás no sea la historia que quisierais escuchar, pero os la cuento porque no es la historia de navidad al uso, con finales felices, perdices y turrón de almendras. Esta es simplemente una historia de amor, una historia cruel con pocos personajes: tres mantas, dos niñas y un padre que prefiere pasar frío, mucho frío, antes de que lo pasen sus hijas.
Y esta historia triste y hermosa a la vez, me invita a hacerme una pregunta:¿Qué no seríamos capaces de hacer por nuestros hijos? ¿Qué no haríamos por amor?
Feliz, justa y hermosa Navidad para todos vosotros. Nos veremos ya en los felices años 20.


































7 comentarios:

  1. Jo... sí que es triste, sí... qué pena.
    Me ha dejado hecho polvo ya que es verdadera.

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    1. Hola Toro. Es tan triste como real. Pero la historia nos demuestra que el amor verdadero, de ese que hablan tanto los cuentos, existe. feliz Navidad.

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  2. Recibe con aprecio mis mejores deseos para esta navidad.

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    1. Hola Ricardo. Muchas gracias. Igualmente y que el año nuevo sea muy feliz y provechoso.

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  3. La verdad es que por los hijos lo damos todo... Lo material y lo inmaterial. Un beso

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    1. Todo. Lo que tenemos y lo que no tenemos. Gracias por tu comentario.

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  4. Soy Laura.
    Sabes que estoy casada y después de 40 años un marido es como un brazo, le necesitas, te duele, pero forma parte de ti.
    También tengo un hijo y mi amor hacia él es inmenso.
    Una vez me plantee si pudiera salvar la vidalo solo de uno de ellos a quien salvaria....y llegué a la conclusión de que salvaria a mi hijo y moriría con mi marido.
    Por eso entiendo a ese padre que no puede dejar morir a sus hijas, porque la muerte de un hijo no es sólo la muerte de una parte de ti a la que renunciaste desde que nació, es la muerte del futuro, la muerte de la vida en sí.
    No debe haber nada más horrible.

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