sábado, 6 de septiembre de 2014

Los gatos de Louis Wain



-Te pondrás bien. 

El hombre que está junto a la cama acaricia el cabello de la mujer con ternura. 
No estoy tan segura - contesta la mujer cuya palidez corrobora sus palabras. 
- ¿Quieres que te traiga a Peter?
- Por favor -, responde ella con una ligera sonrisa. 
El hombre sale de la habitación y vuelve con Peter, un hermoso gato que hace las delicias de la joven enferma. 
- Mira -le dice el hombre-, le voy a poner gafas y ahora va a leer el periódico. 
la joven, desde su debilidad, se rie. Peter será la musa de este joven ilustrador inglés para el resto de su vida. 



Louis  Wain nació en Londres el 5 de agosto de 1860. Un defecto congénito - labio leporino-, le apartó de la escuela y le obligó a pasar muchas horas vagabundeando por las calles de Londres. En su adolescencia estudio arte y pasó a ser profesor en la London School west of art. pero pronto se cansó y se convirtió en artista independiente, un ilustrador poco conocido hasta que comenzó a dibujar gatos, gatos antropomórficos, es decir realizando actividades propias de seres humanos. 
 Contrajo matrimonio a los 23 años con una mujer diez años mayor que él, Emily Richardson.Tres años después, su esposa enfermó de cáncer. Wain intentaba hacerle más llevadera su enfermedad con bromas en las que siempre participaba su gato Peter, un gatito callejero blanco y negro que habían rescatado después de oírle maullando una noche de lluvia. Fue entonces cuando su esposa tuvo una idea. Le aconsejó que dibujara gatos con actitudes humanas, gatos que ríen, que juegan al golf, que leen, que conducen. El ilustrador le hizo caso y a partir de ahí comenzó a tener un notable éxito y sus dibujos llamaron la atención y lograron el aplauso de toda la sociedad inglesa. Tarjetas, posters, tiras en periódicos... Su popularidad era tanta que el famoso escritos H.G. Wells - autor entre otras obras de la conocida Guerra de los Mundos-, afirmó que Los gatos ingleses que no se parecían a los que pintaba Wain se avergonzaban de sí mismos. 
Pero la muerte de su esposa lo hundió en un abismo de desesperanza, quedando destrozado por la pérdida. El resultado de esta profunda tristeza fue que malvendió todas sus ilustraciones, se quedó sin hogar y se vio obligado a emigrar a la ciudad de Nueva York en busca de un nuevo trabajo y una nueva vida. Pero no la encontró. Perdió el poco dinero que le quedaba y tuvo que regresar a Londres completamente desmoralizado. 
 El sufrimiento le venció. A los 57 años le diagnosticaron esquizofrenia. Su carácter cambió y se volvió irascible y desconfiado. Se encerraba en su habitación durante horas escribiendo textos que nadie conseguía entender. Sus hermanas, que lo habían acogido, se rindieron y se vieron obligadas a internarlo en un sanatorio psiquiátrico para pobres. A partir de ahí sus dibujos, antes amables, se volvieron inquietantes, atormentados. Cuando el primer ministro supo de su lamentable situación, fue trasladado al hospital real de Bethelem, en cuyos jardines vivían muchos gatos. Su inspiración volvió pero sus dibujos sólo podían expresar la pesadilla mental que vivía. Sus gatos abandonan el rostro dulce para convertirse en gatos electrizados, devorados por el color y la rabia. 

Poco a poco, sus repentinos cambios de humor se calmaron y él continuó dibujando por placer. Su obra, durante este periodo final, se volvió más abstracta, aunque siguió nutriéndose de su principal fuente de inspiración, los gatos. 
Falleció en 1939. 


12 comentarios:

  1. Está visto que por los gatos se han interesado muchos artistas.
    Por cierto, ¿el dibujo central es de tus nuevos tres gatitos?

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    1. No te puedes imaginar cuánto arte hay en torno a los gatos, aunque este pobre hombre acabara un poco loco. Mis tres gatitos nuevos son: Hipócrates, que es atigrado jaspeado, una monada y muy fuerte; Stich, blanco y negro, vivaz, y Aspasia, una dulzura de gatita, la más pequeña de los tres, la más tímida.

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  2. Otra nueva lección de Historia Gatuna.
    Gracias por contarnosla.

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    1. La verdad es que yo también estoy aprendiendo. Es muy interesante ver de qué forma algunas personas interactúan con sus gatos. Gracias por leerme.

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  3. Te recomiendo la viñeta de hoy del maestro Forges en El País.
    Impresionante, como siempre.

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  4. Nunca había reparado en los gatos como modelos artísticos hasta ahora que tu nos lo estás contando. la verdad es que es un animal muy bello. Interesante además la historia de este ilustrador, una pena que no pudiera superar la muerte de su esposa.

    Besos

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    1. Hola Jara. Todos los felinos son animales bellísimos. Y de los gatos leonardo da Vinci dijo que hasta el más pequeño de los gatos es una obra de arte. Yo creo que tiene razón. Y terrible la historia de Louis Wain, que enloqueció por amor. Gracias jara por pasarte por aquí.

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  5. Al final de la serie supongo que quedaremos todos predispuestos para tener un gato en casa ¡je,je!
    Casi toda la vida los he tenido cerca de mí, así que sé lo se siente.
    Gracias por compartir.
    Besos

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    1. Al final de la serie todos me vais a llamar la loca de los gatos, pero es un riesgo que estoy dispuesta a correr. Los gatos, por lo general, o te fascinan o no los soportas. A mí me fascinan y me hacen sentir bien.

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  6. Una vida triste, las trampas de la mente y las enfermedades siempre matan la parte mas amable y creativa de los genios. Al menos nunca dejo de pintar y por lo que se ve de inspirarse en los gatos.

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    1. A veces el dolor, la pérdida, enloquece el alma del artista. Nos quedan sus obras, su sensibilidad y su pasión por los gatos. Gracias Ana.

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