lunes, 4 de mayo de 2020

Los abrazos perdidos

4 beneficios de un abrazo para nuestra salud — Mejor con Salud
Dicen los psicólogos, los sociólogos o Dios sabe quién, que mientras haya miedo. no habrá abrazos ni besos. Terrible afirmación. "El miedo guarda la viña" —avisa el refranero—, pero a veces la guarda tanto que la uva muere reventada, abandonada al sol más cruel, olvidada.
Hay que tenerle cierto miedo al miedo, sobre todo al miedo que nos aleja. Porque, queramos o no, pertenecemos a la cultura del roce, de las caricias, de la palmada en la espalda, del abrazo más intenso. Y ahora nos dicen que no se puede, que hay que mantener una distancia de seguridad, como si abrazar a alguien a quien amas fuera como lanzarse a un precipicio con los ojos cerrados. Queremos —necesitamos— volar negándonos a admitir que quizás ya nada vuelva a ser como antes. reconozco que siento cierta aversión hacia eso que nuestro presidente llama —quizás en exceso— nueva normalidad. Yo quiero volver a la normalidad de antes, la de toda la vida, la de la cercanía y el contacto. Cierto es que no soy muy de dar besos, pero sí de coger a alguien del brazo, como las mujeres de la posguerra, o de la mano, como las mujeres románticas.
Dicen algunos, probablemente psicólogos o sociólogos, que saldremos cambiados de esta catástrofe. Pero yo no creo que "el bicho" saque lo mejor de nosotros. Pienso, por el contrario, que los buenos seguirán siendo buenos, incluso más, y los malos seguirán siendo malos, incluso más.
Que el miedo razonable que ahora sentimos no se convierta en una muralla que nos encierre, sino que nos proteja. Que el miedo nos haga ser prudentes, pero no cobardes. Que el miedo no mate nuestros sueños, porque una vida sin sueños no es vida. Que el miedo se quede con nosotros en su justa medida, pero nunca en una sobredosis.
Nadie dijo que la vida iba a ser fácil. Y si alguna vez os lo dijeron, os mintieron. Posiblemente, con la peor de las mejores intenciones.

14 comentarios:

  1. Yo creo que el miedo nos lo han inducido al exagerar los peligros del corona, la realidad es que es muy contagioso pero poco letal si lo comparamos con otros virus como la peste, ébola y otros mucho más mortíferos, incluso hay una cantidad grande de infectadod que pasan la infección sin enterarse y que se curan din tratamiento alguno.
    Fernando Sardó

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Fernando. Es cierto, pero el problema es que los que no tienen síntomas también contagian, por eso toda precaución es poca. Ya recuperaremos los abrazos que perdimos pero hay que darle tiempo al tiempo. Gracias por comentar.

      Eliminar
  2. Hoy he visto a mis dos hijas a dos metros, después de dos meses, yo he estado este tiempo en casa, no he tenido contacto con nadie, se supone que no puedo estar contagiada, pero no me han dejado que es de un beso porque no saben si ellas lo estan, Esto es muy triste. Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Esther. Es triste y a veces desesperante. Mis hijos aún viven conmigo, así que quizás tengo una sobredosis de hijos. Sin embargo a mi hermano, que apenas vive a unos dos km. de mi casa, no lo he visto desde principios de marzo. Aunque hablamos por teléfono todos los días. Esto pasará, pero debemos ser pacientes y eso cuesta.

      Eliminar
  3. Respuestas
    1. El miedo es paralizante. Como digo en el texto, hay que ser prudente y precavido, pero no podemos vivir atenazados por el miedo. Y los abrazos perdidos llegarán, pero a saber cuándo. Paciencia. Un abrazo.

      Eliminar
  4. Tener miedo no es malo; el hombre, desde que bajó del árbol siendo casi mono, se ha salvado muchas veces gracias a ese miedo, ahora bien, el nuevo miedo que nos inoculan hoy, no es aquel, no es para salvar la vida, es un miedo, en muchos casos ficticio, para que otros, unos pocos, se beneficien de el, y en este mundo el meter miedo a muchos es ganar dinero, mucho, unos pocos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El miedo nos debe proteger pero no paralizar. Y es cierto que muchos, por culpa de esta pandemia, están cayendo en la pobreza, también lo es que muchos otros se han enriquecido. Detrás de cualquier tragedia siguen moviéndose los hilos de las grandes economías. Gracias por comentar.

      Eliminar
  5. Me ha gustado mucho el último párrafo del texto, ese miedo que no frene, que no corte alas, ni apague nustra forma de ser, nuestra cercanía, pero va a costar, eso es verdad no pensar en el bicho malo que no se ve.
    Un abrazo muy grande.
    :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Ana. Ese es el buen miedo, el que os protege pero.no nos acobarda. Esto pasará pronto, y espero que no vuelva nunca más. Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo.

      Eliminar
  6. Deben volver los abrazos, es vital, al menos para esta parte de la Tierra que nos ha tocado vivir. Los besos es otra cosa, pero la sensación de abrazar a alguien querido es insustituible. Confío en que lo recuperemos. Por si acaso, ahí va uno virtual y muy fuerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Arruillo. Es verdad que los abrazos que llegan al alma, los que vienen de la mano de la alegría y los que nos consuelan. Yo pienso que todo volverá a ser como antes, pero poco a poco y con prudencia. Aquí en Valencia seguimos en la fase 0. Gracias por compartir. Un abrazo.

      Eliminar
  7. Soy Laura.
    Yo pienso que en esta situación lo importante es mantener la calma cumplir lo que nos dicen pero sin histeria, simplemente porque no hay más remedio.
    Hecho de menos los abrazos, la cercanía...pero o somos pacientes (de paciencia) o somos pacientes (de enfermedad).
    Si no podemos hacer otra cosa mejor llevar la situación con serenidad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Laura. Mi madre solía decir que las prisas son malas consejeras. Así que seamos prudentes. Esta no es una situación ideal pero es lo que hay. Resignación.

      Eliminar