viernes, 13 de marzo de 2015

Tarde del viernes pasado.



Es viernes. Vuelvo de trabajar y estoy derrotada. Son pasadas las nueve y ya han encendido la iluminación de fallas. Atravieso el descampado que me separa de mi casa por puro placer. Lo cierto es que podría hacer el camino por una calle en condiciones y bien iluminada. Pero, desconozco el por qué, prefiero regodearme en mi desaliento, pasear mi lasitud sobre la tierra baldía. Me gusta ir esquivando guijarros y deposiciones perrunas a la luz intensa de una luna, que de llena, espanta.  Cuando llego a la calle, me sorprendo al ver las terrazas llenas de gente tomando cerveza y patatas bravas. Yo sigo caminando a buen ritmo a pesar de mi cansancio. Sospecho que en casa no me espera nadie. Mi hija tenía una reunión de antiguos alumnos y mi hijo se ha ido a cenar con una amiga. Pero me equivoco. Tito, mi gato, me espera tras la puerta con ojos ansiosos. A mis gatos no les gusta estar solos. Probablemente se sientan abandonados, olvidados para siempre, como  mis jazmines. Pero sin duda ellos también se equivocan. Me quito los zapatos con la misma rabia que si fueran aparatos de tortura y me siento frente al ordenador. Quiero saber de vosotros aunque mis ojos estén cansados y mis juanetes enrojecidos. Vaya, Toro salvaje ha tirado un poema por la ventana y casi le da a una de las musas que, previamente, había abandonado. Ester nos habla hoy de las clases de inteligencia, y mira que hay. Yo creo que sólo tengo esa que se relaciona con el sexto sentido, pero del que no ve muertos, por ahora. Ana Bohemia nos conduce a la historia de las velas, esas que quisimos encender junto a la chimenea antes de que se nos quemará el sofá y el abriguito azul de la niña. Y de su mano encuentro a su gemela. Creía que era una fantasía o una conspiración de las muchas que pululan por ahí. Pero no, la gemela de Ana existe y tiene  un bonito blog. De ahí, y de la mano de un Calado, Emilio, me interno en el barrio del Carmen y descubro un grafitti en ciernes que promete ser una obra de arte. 
Vaya. Cómo ha pasado el tiempo. Son ya las diez y media pasadas. Recorro los canales de la tele pero no veo nada por lo que valga la pena perder el tiempo. Es entonces cuando recuerdo que en la nevera me aguarda un exquisito plato precocinado de mercadona, de esos que abaratan porque están a punto de palmar. Compruebo que la cerveza está muy fría y caliento el pulpo a la gallega. Descubro, una vez más, que la felicidad está pegada cual moco a las cosas pequeñas, a esas que no solemos dar importancia, a las que sólo echamos de menos cuando dejamos de tenerlas. Miro por la ventana. La luna está inmensa, yo diría que incluso más grande que otras veces. Se escuchan petardos, uno cada segundo, más o menos. Pólvora para la paz -pienso-, y pienso también que así debiera ser toda ella. Mientras el pulpo se calienta en la sartén - el microondas también se rompió en aquella semana trágica de la que ya os hablé-, vuelvo a asomarme a la ventana. Escucho gritos en la calle. Suenan ahogados, débiles, como de alguien que ya no puede más. Entre dos coches aparcados descubro una figura vestida con una túnica blanca. Su rostro también tiene la lividez de lo terminal. Me mira y me sobrecojo. Lleva algo en la mano y me lo ofrece. Desde mi sexto piso es difícil saber que es, así que cojo los prismáticos y vuelvo a miar con atención. Es un poema escrito en un papel arrugado. ¡Dios!- exclamo en voz alta-. Es la musa que Toro salvaje abandonó y lleva en la mano el poema que tiró por la ventana. Ansiosa, nerviosa, excitada, salgo corriendo hacia la calle. Pero antes cojo un trozo de torta de calabaza y lo envuelvo en papel albal. Esa pobre musa abandonada debe estar muerta de hambre. ¿O será que las musas no comen?

28 comentarios:

  1. No, no es cierto que sólo damos importancia a las cosas pequeñas cuando las echamos de menos. Te he echado de menos y tú eres grande.
    Me ha encantado la frase "una luna, que de llena, espanta".
    Me he demorado en su lectura para saborearla, "paladearla".
    Bienvenida. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que conste que lo publiqué tan rápido porque me había llenado de "espanto" el hecho de que pudieras pensar que me había roto algo, otra vez. Gracias Elías. Como habrás visto en el texto hago alusión a los relatos y poemas de algunas personas a las que sigo. Supongo que esto será un poco difícil de entender para los que no los leéis. pero bueno, me alegro de que te haya gustado. Un abrazo.

      Eliminar
  2. ¡Ay Amparo, qué gusto da pasar por aquí en una cansada tarde de viernes y encontrarme con tus letras!
    Un relato en apariencia tan sencillo y es una maravilla lo bien contado que está. ¡Y ese broche final!

    Me quito el sombrero y aplaudo.

    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tus aplausos, Jara. la verdad es que llevo unos días de mucha faena y necesito tiempo tanto para escribir como para leer vuestros blogs. Se acercan las fallas y la casa se va llenando de gente y esto al final es un caos. No hay nada como la rutina. Un abrazo.

      Eliminar
  3. Un relato impresionante, Amparo, muchas gracias por publicarlo para nuestro gran deleite.
    Un besanís.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a tí Sara. Es un relato muy sencillo, mezcla de realidad- la primera parte- y ficción-, la última. Me encanta que te haya gustado.

      Eliminar
  4. Si cuando estás cansada escribes así no me imagino si estas de vacaciones, o es que necesitas el agotamiento físico para inspirarte. Otra vez lo has conseguido, me maravillan tus entradas. Un aplauso y dos abrazos… Gracias por pasarte el viernes por mi blog estando tan cansada.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Igual es lo que tu dices, que necesito el cansancio físico y moral. De hecho, en vacaciones suelo escribir menos. Gracias por tus palabras, Ester. A mí también me encanta tu sitio, es un lugar donde estás a gusto. Y otros dos abrazos para allá.

      Eliminar
  5. Hola de nuevo, Amparo. Yo era un habitual conocido como "el sastrecillo valiente" He estado meses desaparecido (no tenía para comprar nuevo bicho) y he cambiado de identidad, aunque "misrelatosyesteblog" sigue ahi, con nuevas historias. Me alegro de ver que sigues siendo igual de buena, os echaba de menos mucho a los habituales. El tema de la musa, esa leve trama de argumento que necesita todo relato, te ha quedado genial. Un besazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Sastrecillo! Bienvenido por mi jardín de jazmines que ya no están tan abandonados. Ya veo que has cambiado de identidad aunque para mí siempre serás el sastrecillo. Gracias por tus palabras. Si lees a Toro Salvaje entenderás mejor esta entrada. Gracias y ahora me paso por tus relatos.

      Eliminar
  6. Le sacaste muy buen provecho a esa tarde de viernes, ojalá la musa abandonada te siga acompañando.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Rafael. El caso es que al final la recogí, la subí a casa y ahi la tengo, comiendo un plato de macarrones. Ja, ja, es broma. Gracias por tus palabras. Tienes una familia preciosa.

      Eliminar
  7. Jajjajajjaaaaaaaaaaaaa
    Eres una crack!!!
    Jajajjaaa

    Gracias por alegrarme el sábado.

    Muakkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro de haberte alegrado el sábado. Tu musa es un poco plasta. Acabó comiéndose toda la torta de calabaza. Gracias por tu comentario. Hay que llevar cuidado de estas musas que van saltando de un blog a otro. Un abrazo.

      Eliminar
  8. Qué bien que las musas te acompañen, sea en tarde de viernes o cuando sea. Buen relato. Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Ligia. A veces las musas están un poco perezosas, pero hay que saber esperar. Tarde o temprano llegan. Bienvenida a mi jardín de Jazmines abandonados.

      Eliminar
  9. Que buena eres Amparo con las letras, siempre encuentro inspiración en tu manera de relatar, de hacernos participes de tus experiencias de una forma tan amena porque no te cuesta nada trasmitirnos tus emociones... seguro que es cosa de la luna que te ilumina. Me alegra mucho saber que has descubierto el blog de mi hermana gemela, seguro que se alegra mucho cuando se lo diga. Esta bien darle de comer a las musas, hay que tenerlas contentas.
    Un abrazo grande.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Ana. Me siento muy halagada por tus palabras. Cada día de nuestra vida es, sin duda, una historia. Y me alegré mucho de descubrir el blog de tu hermana. De la mano de unos llegamos a otros y es bonito encontrarse con "comentaristas" conocidos en otros blogs que una sigue. Este pequeño gran mundo es cada día más entrañable. Gracias por pasarte por aquí.

      Eliminar
  10. ¡Que bonita historia, Amparo!
    Probaré el truco de la tarta de calabaza (aunque yo prefiero la de manzana; la calabaza mejor "per a fer bunyols") a ver si consigo engatusar a alguna musa que, últimamente han desaparecido de mi barrio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Paco. Con tanto petardo y estallido mis musan deben haberse puesto a resguardo porque yo no las encuentro. A ver si pasan las fiestas y todo vuelve a la normalidad. Voy a ver si alguien me invita a bunyols, ahora que lo dices.

      Eliminar
  11. Me encanta tu narrativa querida Amparo.

    Mencionas a Toro Salvaje y hace tiempos que no se de el.

    Te dejo un especial abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Ricardo. Me alegra que te guste mi forma de escribir. Yo también sigo a Toro salvaje, y escribe bastante a menudo. Un abrazo.

      Eliminar
  12. Rediós, te ubicaba en calados, Amparo. Pero no quiero dejar pasar la ocasión para comentarte la agilidad que demuestras en la prosa. Por cierto, llueve a mares por aquí, lo cual presagia una primavera EXCELENTE.

    Un besazo!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Valaf. Estoy en Calados y tengo este blog propio desde hace tres añitos ya. Gracias por tus palabras, ojalá tuviera más tiempo para escribir, pero hay lo que hay. Por aquí también andamos entre nubes y truenos. Creo que necesito mucho el sol. espero que vuelva pronto.

      Eliminar
  13. Ya ves, acabo de darme cuenta que ya figuro como seguidor y ni me acordaba...

    Bue, FELIZ DOMINGO PAELLERO!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues nada, vuelve cuando quieras por este jardín de jazmines ya no tan abandonados. Un abrazo.

      Eliminar
  14. Es muy bueno tu relato, muy auténtico y visceral. Además, la presencia de la luna sobre el descampado y los desechos lo vuelve lírico. Tu alusión a que las pequeñas cosas de la vida, el calentarse el pulpo a la gallega, que Tito te espere, que la cerveza esté fría, están pegadas como moco a la felicidad, le da un toque de realismo muy acogedor. Pero, sobre el final, cuando la imaginaria musa se presenta y la ficción pura irrumpe en el cuadro y esgrime ante el largavista el poema en el papel arrugado, la contundencia de tu relato termina de consolidarse de modo muy feliz. Enhorabuena!!!

    ResponderEliminar
  15. Yo te sigo, de puntillas y de a enteras (las líneas), descubriéndote y disfrutando con tus relatos. Con musas y sin ellas. Cansada o levitante tus historias transmiten y trascienden.
    Gracias por compartirlas. Un besset.

    ResponderEliminar