jueves, 17 de octubre de 2013

Cobijos y escondrijos



Por fin se ha ido la pesada ésta. Decía -mi ama, claro está-, que hacía demasiado calor para salir a la calle ¡Y eso que es octubre!, no paraba de repetir. A mí, sin embargo, me gusta este aire ardiente que entra por la ventana en esta tarde de otoño. Me permite tumbarme en el suelo y estar fresquita.
Os cuento cosas. Estoy contenta, muy contenta. El hijo de mi ama nos está haciendo una casita de madera, con clavos y pegamento de ese que te pega hasta lo dedos y te arranca la piel. No está acabada del todo pero yo ya me tumbo allí mientras ellos cenan y ven el hormiguero (no sé qué gracia tendrá ver a las hormigas acarreando comida y entrando y saliendo del hormiguero, pero en fin, los humanos son muy raros).
Dicen que a los gatos les gusta esconderse, pero a mí no me gusta, ni siquiera cuando entra alguien desconocido en casa. Los gatos que se esconden lo hacen porque tienen miedo, están enfermos o, sencillamente están hartos de las caricias de sus empalagosos dueños y desean estar tranquilos.  A Tito le encantan los escondrijos. Igual te lo encuentras debajo del sofá, metido en el transportín o tumbado en la ducha. Yo siempre le digo: 
-"Mau".
 Que en nuestro idioma gatuno quiere decir "¿Dónde coño te metes? Ven a la cama del ama que está muy blandita. (Me refiero a la cama, aunque mi ama también está... blandita), pero él sigue debajo del sofá.Y hablando de cobijos y escondrijos, os relataré la historia  de una gatita que  mi ama recogió de la calle. ¿Qué soy pesada? De acuerdo, pero seguid leyendo que una gata no escribe todos los días.
La minina de la que os hablo era pequeña y asustadiza como un ratón de granero. Estábamos en el pueblo, en esa casa donde siempre se dejan abiertas las puertas. Y resulta que cada vez que entraba alguien, la minigata corría a esconderse en cualquier escondrijo, y tanto se escondió que un día no la encontraron por ninguna parte. Todos estaban muy preocupados por la minina, y alguien - no recuerdo ya quién porque aquella casa era un desfile-, dijo: 
- A lo mejor se ha metido en un cántaro o en un ánfora. 
Yo me quedé escuchando con las pupilas tan dilatadas que mis ojos, en vez de verdes, parecían negros. "Pues lo tiene claro la gatuna" -pensé-, y dije: 
- Mau. 
Que en nuestro idioma quiere decir: "¡no la vais a encontrar en la put... vida". ¿Exagerada yo? Ni un ápice. Por lo visto, el padre de mi ama, que tenía unos ojos muy negros y un bigote muy blanco, coleccionaba botijos, tinajas, cántaros, jarrones, orzas, cachivaches todos hechos de barro. Si en la casa había - todavía hay, aunque el señor del bigote ya agotó sus vidas-, trescientos cacharros de esos, encontrar a la gatita iba a resultar una difícil tarea. Si al menos hubiera sido una maulladora... pero era más callada que un gato sordo. Así que todos se afanaron buscando de cántaro en cántaro, hasta que tras horas de acalorada búsqueda, alguien dijo: 
-¡Está aquí!
Desde el fondo del cántaro más grande del mundo, un felino diminuto de orejas puntiagudas hacía esfuerzos inútiles por salir de su escondrijo. 
Y es que, aunque no lo creáis, jugar al escondite es algo muy peligroso, porque a lo mejor ya nadie te encuentra nunca, o lo que es peor, es posible que ya nadie te busque. Por eso, y como dicen que la curiosidad mató al gato -no sé a qué gato-, yo siempre le digo a Tito: 
- Mau. 
Que en nuestro idioma quiere decir: si te pierdes, yo no voy a mover ni una pata, aunque es más que probable que luego perdiera el rabo para ir en su busca. Después de todo,  Tito es el amor de una de mis siete vidas. 

15 comentarios:

  1. Mau, que quiere decir un cuento muy original, y me ha gustado mucho el final. Abrazos

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    1. Gracias Ester. Se lo diré a mi gata que, en este caso es la que escribe. La historia es real. Gracias por tu comentario.

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  2. Me ha gustado. Es un relato ameno, limpio, optimista, agradable y... ¡ Mau ! que quiere decir coj...

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    1. Ja, ja, Gracias Elías. Se lo diré a mi gata que por aquí anda persiguiendo una mosca. Gracias por tu comentario.

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  3. ¿Me atrevo a pedirte que me traduzcas "marramiau"? Para mí todo un misterio la lengua de gato.
    Mira que sois arriesgados. La peripecia del minino es curiosona, curiosona.

    Besos o debería decir lametones.

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    1. Si digo marramiau es que estoy de muy mala leche, pero yo no digo nunca eso, sólo Mau, que en idioma gatuno quiere decir: Gracias por leerme.

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  4. Amparo , que relato tan dulce y tan tierno , tu gata tiene talento...un beso para vos y una sobadita de cabecita para élla...

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    1. Gracias Elba, Por aquí anda la gata haciéndome la competencia. Se lo diré de tu parte. Gracias por tu comentario.

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    2. Gracias Elba. MI gata vale mucho y es que la calle le enseñó mucho. De hecho, me está haciendo la competencia. Hace un momento ha venido y me ha tocado el brazo como diciéndome: venga, déjame el ordenador. Ja, ja. Un abrazo.

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  5. ¡Esta gata vale su peso en oro y nos cuenta anécdotas encantadoras! Cuídale mucho, ¿eh?, pero ponla también a escribir a menudo, jejeje.
    Un beso y feliz (y felino) fin de semana :-)

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    1. La verdad es que escribe con estilo propio. Ya lo creo que la cuido y supongo que seguirá escribiendo porque creo que aún tiene muchas cosas que contar. Gracias por tu comentario y disculpas por no haber contestado antes.

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  6. Mau, que quiere decir que me ha gustado, he sonreído. Estos relatos vistos desde la perspectiva de la gatita son muy divertidos y frescos. Ay, los gatos, son tan contorsionistas que caben en cualquier hueco, y como viven como reyes siempre les gusta los lugares mas blanditos, los mejores, pero sí, la curiosidad es lo que les pierde.

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    1. Gracias Ana. Tienes razón, viven como reyes al menos en mi casa, y ya ves cómo escriben. Son tan curiosos y tan listos que todos los días te arrancan una carcajada y eso no tiene precio. Gracias por tu comentario.

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  7. Precioso. Mi falta de vocabulario me impide expresar los sentimientos sentidos al leer estas letras.

    Mau, que en tu idioma, y en el de Tito, quiere decir: Gracias por tan hermoso cuento.

    Un saludo
    Jesús

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    1. Muchas gracias. Se lo diré a mi gata de tu parte. Ultimamente está un poco vaga y yo también. Gracias a tí. La historia es real cual la vida misma.

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