miércoles, 9 de octubre de 2013

Callejeros.


Ya sé que a algunos de vosotros no os gusta que escriba palabrotas, pero es que hay ocasiones que las palabras no son suficientes para expresar la indignación que sentimos. Y lo digo porque la pija de turno, Ana Isabel Mariño, consejera de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, me está tocando las narices con sus últimas absurdas y bobas ordenanzas. 
Hace unos días, como supongo que todos sabéis, el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid, ha prohibido entre otras muchas cosas, alimentar a perros y gatos abandonados y, por lo tanto callejeros. Yo no vivo en Madrid, pero estoy segura de que en esa ciudad hay personas que alimentan y cuidan a animales domésticos que han sido abandonados por sus putos dueños y que ahora malviven en la calle. Me consta que les dedican su tiempo, su atención y su cariño.  Pero parece ser que según la señora Mariño, los "malos" de esta película no son los que abandonan cruelmente a los animales sino los que los alimentan y atienden. No sé si me estoy volviendo loca o es  que este país  ha perdido el norte, el sur, el este y el oeste. Es curioso que en un Estado donde se puede torturar becerros hasta la muerte (becerradas de Algemesí), lancear un toro igualmente hasta la muerte (Toro de la Vega), embolar a un toro con fuego y golpearle (cientos de pueblos de nuestra geografía), no se pueda alimentar a un gatito de la calle. Me moriría de la risa si no fuera realmente para llorar. Se puede maltratar a un animal, se le puede abandonar, se le puede matar, pero no se puede dar un cuenco de agua a un  perro o a un gato sediento. A esta señora sólo puede decirle que yo le daré de comer a quien me de la gana, y que estoy segura de que esas miles de personas que se dedican a atender, a alimentar y a cuidar a perros y gatos abandonados, lo van a seguir haciendo, a pesar de sus burdas amenazas de imponer multas, que van desde los 300 a los 1500 euros, a las personas que incumplan esa normativa.Con los problemas que ahora mismo tiene este país, señores gobernantes, no se pongan ahora a perseguir a las señoras de los gatos. Con los cientos -miles- casos de corrupción, prevaricación y abuso que se están dando tanto en los órganos de poder como en otras instancias, ¿cómo se atreven a ensañarse con esas personas que lo único que intentan hacer es reparar el mal que otros hicieron? Los gobernantes están -deberían estar-, a nuestro servicio, no en nuestra contra, y  cualquier persona que tenga un mínimo de dignidad humana y de sensibilidad, no puede obedecer esa estúpida normativa.  Como "país desarrollado" nos falta aún un largo camino por recorrer en cuanto a los derechos de los animales se refiere. 
 Ah, por cierto, puestos a no alimentar,  yo no quiero dar de comer a políticos descerebrados.

15 comentarios:

  1. Amparo que te vas a poner enferma con tanto enfado. Abrazos

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    1. Tienes razón, Ester, pero es que hay cosas que me indignan, Tengo la sensación de que todo está patas para arriba y que mi lógica no es la lógica que impera. Pero no te preocupes, suelo estar, a pesar de todo, de buen humor.

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  2. Los politicos son depredadores, ya se sirven ellos a dentelladas en nuestra salud y bienestar.

    Besos.

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    1. Por desgracia son depredadores. por desgracia, no se han dado cuenta de que están a nuestro servicio. Por desgracia tenemos que seguir pagándoles el sueldo.

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  3. Amparo , te abrazo y estoy con vos...pero tranquila , que no merecen tu mala sangre , si no les importan los niños y los viejos que pasan hambre...¿ que podemos esperar que les importen los gatos y los perros...?

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    1. Tienes razón, Elba, Pero hay demasiada corrupción en España para seguir callando. ¿Prohiben dar de comer a un gato y permiten torturar a un animal? No les importa el mendigo que está en la calle o la familia que se queda sin casa. Sólo les importa seguir llenando su estómago a nuestra costa. En fin.

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  4. Políticos de pena, vergüenza de país, normas como estas sólo dejan en evidencia la panda de gilipollas que nos gobiernas. No entiendo ni esta ni otras normas, como por ejemplo la de multar a los que piden o a los que venden en los semáforos, cuando es su única fuente de ingresos, no entiendo a donde vamos a parar o hacía donde estamos yendo, pero a un futuro muy negro, eso seguro.

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    1. Exacto. ¿Cómo le vas a poner una multa de 1500 euros al que pide en la calle para poder comer? Se nota que quienes nos gobiernan van sobrados de dinero, no han pasado necesidades y, desde luego, no tienen ni idea de lo que es no llegar a fin de mes. No me gusta hacia donde vamos y por eso no me callo, aunque me coja una úlcera.

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  5. Todas las situaciones que apuntas son indignantes, son muy de lamentar.
    Pero no creo que la solución sea incumplir las leyes: Creo que lo que debemos de hacer es, con nuestro voto, cambiar a los dirigentes, para que cambien la leyes. Si es necesario hasta cambiar el sistema.
    Pero las leyes, mientras estén vigentes, creo que se deben cumplir. Lo otro sólo puede llevar a la anarquía, a la ley de la selva. Y en es caso... ¡pobres gatitos, se los comerá el tigre!

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    1. Hola Elías. En este caso tan concreto no estoy de acuerdo contigo. Si yo bajo al parque a dar de comer a un gatito no siento que hago nada malo ni que perjudique a nadie. De todas formas, en Valencia, afortunadamente, alimentar a gatitos vagabundos está, por ahora, permitido y avalado por la sociedad protectora de animales. Un abrazo.

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  6. Todas las situaciones que apuntas son indignantes, son muy de lamentar.
    Pero no creo que la solución sea incumplir las leyes: Creo que lo que debemos de hacer es, con nuestro voto, cambiar a los dirigentes, para que cambien la leyes. Si es necesario hasta cambiar el sistema.
    Pero las leyes, mientras estén vigentes, creo que se deben cumplir. Lo otro sólo puede llevar a la anarquía, a la ley de la selva. Y en es caso... ¡pobres gatitos, se los comerá el tigre!

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  7. Me apunto a tu última consideración. Que despropósitos. Es realmente lastimoso que dediquen tiempo y recursos a cosas como esas. Yo estoy convencida de que acabaran poniendonos un canon sólo por pisar las calles.
    Además toda esta historia me ha hecho recordar la del otro día, la que nos decía que los gatos pueden cumplir otra función, quizá en esta época no se trate de ratas, pero seguro que hay otros animalillos (cucarachas) que se mantienen a raya gracias a los gatos callejeros.
    Y no me meto con los que los abandonan que tendría mucho y muy feo que decirles.

    Besos

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    1. Muy inteligente por tu parte, Jara. Efectivamente los gatos ponen a raya a muchos animalillos asquerosetes. En concreto, te puedo decir que yo he visto a plena luz del día a tres gatos callejeros cazando una rata de igual tamaño que ellos. Según el "censo" elaborado por el Ayuntamiento se calcula que en esta ciudad- Valencia- hay cinco millones de ratas. Y respecto a las cucarachas, desde luego que las cazan. Los gatos son felinos eminentemente cazadores y cumplen, aún en esta época, su función. Respecto a los que abandonan animales en cuanto dejan de ser cachorros habría mucho que hablar. Gracias por tu comentario. En Valencia se les puede dar de comer sin problemas, por ahora.

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  8. Y la nueva ley en que se multará a los vagabundos ¿por el mero hecho de serlo? a los ¿vendedores de clinex y limpiadores de parabrisas en los semáforos? qué harán ahora estos señores si no les conceden ni los papeles. No podían hacer gran cosa y ahora... ¿se pondrán a robar? porque cundo robas no te multan; al contrario. Los ladrones en este país salen libres de la cárcel.
    Así están las cosas...
    Una pena ¿verdad? Por no decir algo peor...
    Un abrazo.

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    1. Hola. Te cuento. En mi barrio había una mendiga con un perro precioso y la gente le bajaba la comida y la cena, y le compraban comida para el perro. No se pueden dictar normas que van contra las normas más básicas de humanidad y solidaridad. Yo creo que nadie va a cumplir esas normativas o, al menos, eso espero. Gracias por tu comentario y bienvenido a este blog.

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